Cultivar un jardín en el litoral mediterráneo puede resultar un reto para el jardinero principiante. En mi caso así fue. Cuando planteamos nuestro primer jardín tenemos cierta tendencia a imaginarlo como un oasis verde y húmedo, lleno de todas las plantas que nos gustan e incluso un prado verde de césped para tumbarnos al sol o jugar con los niños. Parece que el jardín inglés es el ideal que prevalece en nuestra cabeza, pero es un modelo imposible cuando el clima es totalmente distinto. En la región mediterránea el agua escasea, las temperaturas de verano son altas y el viento puede secar una maceta en pocos minutos. Sequía, sol y viento son restricciones, pero no hay limitaciones que no se puedan superar para conseguir el hermoso jardín de nuestros sueños.
Para mí hay siete puntos que son claves en un jardín mediterráneo. Son típicos del estilo y necesarios si estás en esta zona climática, pero también se pueden utilizar en cualquier otro lugar con climatología diferente si quieres recrear un jardín con estética mediterránea.
1. Minimiza el consumo de agua
Considerando la escasez de un recurso tan esencial como es el agua, una de las primeras cosas a evitar en un jardín mediterráneo son las plantas que necesitan mucha humedad. Para comenzar, el empeño en mantener un gran prado verde es de lo menos conveniente. Reconozco que a mí también me atraía la idea de tener todo el césped posible, pero tras unos años de intentarlo llegué a la conclusión de que era una lucha contra natura y decidí reducirlo a la mínima expresión.
No es necesario renunciar a los suelos cubiertos de verde, existen alternativas al césped tradicional mucho más apropiadas para el clima mediterráneo. Se pueden utilizar plantas rústicas cobertoras para tapizar el suelo, como tomillo o milenrama, que en verano resistirán sin amarillear el calor. También hay plantas cubresuelos entre las suculentas, como lamprantus o sedum, que pueden reemplazar al sediento césped.
Y existe la opción que más agua economiza, que es el empleo de áridos. Puede que la grava no parezca tan agradable como el césped, pero crea una cubierta sobre el suelo realmente bonita. Es muy típica de los jardines Provenzales del sur de Francia, donde se utiliza como mulching alrededor de las plantas para evitar la evaporación de agua y evitar el crecimiento de malas hierbas. A nosotras nos pareció una alternativa muy apropiada y salvo una pequeña zona de hierba junto a la terraza, el resto del jardín lo cubrimos con gravilla color rosado.
2. Crea zonas de sombra
El clima mediterráneo es agradable durante gran parte del año y el jardín es una extensión de la casa que se puede utilizar muy a menudo, incluso los soleados días de invierno. Descansar en el jardín las noches de verano o desayunar con los primeros rayos de sol es una experiencia muy agradable, pero es necesario crear zonas de descanso sombreadas. Cuando el sol está en lo alto, la sombra se convierte en algo vital.
Porches o pérgolas con plantas trepadoras suelen ser las estructuras más típicas para protegerse del sol. Proporcionan la sombra necesaria y se pueden cubrir con plantas trepadoras fragantes para incrementar el bienestar. Nosotras plantamos una glicinia y un jazmín junto al porche. La glicinia tiene una floración fabulosa, pero algo corta por el excesivo calor que hace en nuestra región. El jazmín, sin embargo, no para de florecer durante todo el verano. Sus flores no son tan llamativas como las de glicinia, pero el aroma que flota en el aire durante las noches estivales es un auténtico regalo.
Otra trepadora típicamente mediterránea es la buganvilla, una planta majestuosa que en verano se llena de racimos de fragantes flores. La madreselva y la passiflora son otras alternativas que viven muy bien en nuestro caluroso clima. Todo depende del gusto de cada uno, pero yo las recomendaría así y en este orden: jazmín, buganvilla, madreselva y passiflora.
3. Elige plantas resistentes
En la región mediterránea hay miles de variedades de plantas para usar en el jardín. Son plantas que viven bien con las condiciones de calor y sequía habituales de este clima, y proporcionan una amplia gama de colores, texturas y aromas deliciosos. Empeñarse en introducir plantas de clima continental o tropical es un error que yo misma he cometido en alguna ocasión y que solo conlleva más esfuerzo de mantenimiento y tratamiento de enfermedades. Para disfrutar del jardín lo mejor es aliarse con la Naturaleza y aprender a trabajar con ella.
En el jardín mediterráneo encontraremos plantas con toda la paleta de colores imaginable, desde follajes de un verde intenso hasta hojas en tonos grises y verdes azulados con los que formar bonitas combinaciones. Pero también hay muchas plantas con flores para favorecer ese estallido de color primaveral. El aroma es importante en el jardín mediterráneo, y la lista de plantas amantes del calor y tolerantes a la sequía incluye muchas hierbas aromáticas.
La lista de plantas que se pueden introducir en un jardín mediterráneo es enorme, pero os cuento algunas de las que tengo yo en el jardín. Muchas de ellas son ya longevas, no causan problemas y dan muchas satisfacciones con sus bonitas flores:
- Árboles y arbustos: olivo, ciprés, thuja, laurel, photinia, cyca, evonimo, pitosporo, poligala
- Aromáticas: romero, santolina, salvia, tomillo, lavanda, menta, hierba luisa, orégano, albahaca
- Plantas trepadoras: plumbago, jazmín, glicinia, trachelospermum, duranta
- Plantas con flores: agapanto, euryops, lantana montevidensis, tulbaghia, centranthus ruber, gaura, hibisco siriaco, hinojo marino, gazania, geranios y gitanillas, osteospermum, verbena, vinca
- Suculentas: agave attenuata, aloe, sedum, aptenia, crassula
4. Utiliza macetas
Como en cualquier otro tipo de jardín, en el mediterráneo se planta principalmente en el suelo, pero las macetas son un elemento muy típico del estilo. Las macetas de cerámica son atractivas, sirven para rompen la monotonía y crear puntos de atención en el jardín. También facilitan la jardinería cuando no hay mucho suelo donde plantar o para cultivar plantas con necesidades especiales (como las acidófilas). A mi me encantan las hortensias, pero como el suelo de mi jardín es muy alcalino, la única forma de tener una hortensia es en una maceta con tierra ácida y en un rincón sombrío.
5. Setos recortados y topiaria
El seto es el marco arquitectónico por excelencia del jardín mediterráneo. El ciprés es característico de este estilo, su follaje perenne proporciona privacidad y un atractivo fondo verde durante todo el año. El ciprés típico del Mediterráneo es la especie “Cupressus sempervirens”, una conífera muy longeva de aguanta terrenos áridos y compactos. Tiene un crecimiento rápido durante sus primeros años de vida y tolera muy bien podas frecuentes, lo que le convierte en el candidato ideal para setos formales.
También se utilizan setos bajos para delimitar parterres y se recortan con formas geométricas algunos arbustos. En mi pequeño jardín no hay parterres, pero sí algunos arbustos recortados con formas redondeadas. La topiaria puede parecer complicada al principio, pero con la práctica se aprende a hacerla bien. Al menos con arbustos que no sean demasiado grandes.
6. Planta un huerto
El huerto es muy habitual en nuestros jardines, el clima benigno permite cultivar hortalizas y hierbas culinarias durante gran parte del año. El huerto proporciona provisiones de cosecha propia para la cocina y también contribuye a la estética del jardín con las alineaciones de vegetales comestibles y los colores de las flores y los frutos. Tomates y calabacines son plantas muy decorativas en verano, en invierno florecen las habas y se recogen los frutos del naranjo. Lo que debes tener en cuenta es que el huerto debe recibir muchas horas de sol al día. Reserva para él el lugar más expuesto al sol.
7. Instala el riego automático adecuado, así combatirás la sequía
Un jardín mediterráneo requiere poco mantenimiento si se eligen bien las plantas, ya que las especies adaptadas al clima tienen poca necesidad de agua y fertilización. Pero de vez en cuando es necesario regar, sobre todo cuando llega el verano y las plantas tienen que soportar calores intensos a pleno sol. La gestión del riego es una labor importante ya que un exceso de agua puede perjudicar el desarrollo de las plantas tanto como la carencia del preciado líquido.
La mejor solución es instalar un riego automático por goteros que recorra todas la zona de plantación. Este sistema permite ajustar la cantidad de agua que las plantas necesitan y se encarga de regar siempre que hace falta, aunque tú te ausentes de casa.
Espero que estas ideas te sean de ayuda en el mantenimiento de tu propio jardín. Si te gustan los jardines mediterráneos, pero vives en otra región, también puedes conseguir un jardín de este estilo. Tan solo debes tener en cuenta utilizar plantas que se adapten al clima donde esté tu jardín.